jueves, 8 de noviembre de 2007

Pinta tu aldea

Por Carolina Sborovsky

Desde hace un tiempo, la nueva generación de narradores denominados por la primera antología que los reunió como “la Joven Guardia” viene demostrando que la ficción porteña se renueva con auspiciosa vitalidad. A partir del suceso de esa primera selección, siguieron varias otras como la femenina Una terraza propia (Norma), la picante En Celo, sobre sexo, editada por Mondadori que acaba de sacar In Fraganti, a partir de resonados casos policiales argentinos. La consigna de Escala 1:1 (Entropía), esta vez, fue contar los barrios de Buenos Aires. Aquí la “Joven Guardia”, ya ampliada, dibuja un mapa literario, una travesía de veinticinco relatos alejados de cualquier guía turística. Fijados con la precisión del cronista atento, cada uno es una muestra de fidelidad a las calles tantas veces recorridas donde conviven la capacidad de observación, la sensibilidad para el ritmo y el desenfado para contar.

Entre toda la paleta, algunos textos son verdaderos hallazgos, como “Eleven”, de Natalia Moret, quien elude tics de chica sexualmente liberada y da una ingeniosa vuelta de tuerca a ese clisé; “Animetal”, el genial cuento en el que Leo Oyola crea un potente voz lumpen (e incluso la parodia) en una helada noche en el Bajo Flores; “Capacidad de adaptación”, un agudísimo micro- memoir de Sonia Budassi; “Autocine” del también actor Mariano Pensotti y “En la santería”, la filosa excursión a la sordidez barrial de Hernán Vanoli. La primera persona y las anécdotas casi mínimas en la mayoría de los relatos da a esta antología un tono bastante íntimo, en algunos casos nostálgico o de reflexión en voz alta que, junto con el estilo llano, directo y el leve cinismo para tratar ciertos temas caracterizan a esta nueva generación. Quizás otros relatos, menos afortunados, vuelvan algo despareja la calidad total de la colección, o de a momentos algunos (pocos) la vuelvan monocorde; sin embargo esa heterogeneidad, creemos, puede ser tomada como parte de la consigna y el riesgo de la antología.

La Buenos Aires que se dibuja es contradictoria, festiva, cruel y bestial. Heterogénea y fascinante, cada relato arma figuras caprichosas en el vertiginoso calidoscopio de nuestra urbe. Como advierte el escritor y compilador Juan Terranova: “Buenos Aires incluye tanques de agua teñidos de óxido, terrazas llenas de macetas, calles bien y mal iluminadas, parques reciclados, avenidas y edificios, personajes excéntricos y para cada uno de sus habitantes, la poética del recorrido privado. Además, sus aldeas, a las que llamamos barrios, generan sus historias y sus formas de desprecio y seducción”.

Publicado en el nro. de noviembre de Wicked BA.